Nota sobre nuestro público
Este documento esboza el pensamiento de la Global Partnership for Sustainable Development Data (la Global Partnership) sobre la gobernanza responsable de los datos, y está basado en el compromiso con nuestra red de más de 700 socios del mundo académico, el sector público, el sector privado, las organizaciones sin ánimo de lucro y las organizaciones multilaterales de todo el mundo. Incluye reflexiones prácticas de utilidad para profesionales y responsables de la toma de decisiones, interesados en desarrollar nuevos y mejores enfoques para gobernar los datos en beneficio de las personas.
Agradecimientos
Este documento se basa en la experiencia del equipo de la Secretaría de la Global Partnership y de una red más amplia de organizaciones, con las que estamos muy en deuda. Las contribuciones de Karen Bett, James Henderson y Fredy Rodríguez Galvis han sido inestimables, y los autores les agradecen su orientación y los ejemplos compartidos de su trabajo. Gracias también a Jenna Slotin, Claire Melamed, Lizzy Hvide y Jennifer Oldfield por sus los comentarios y sugerencias.
I. Comprender el panorama de la gobernanza de datos
La gobernanza de datos es un tema central en los sectores público y privado. Los debates acerca de cómo gobernar los datos son cada vez más frecuentes y relevantes entre las organizaciones que trabajan en el aprovechamiento de los datos y la tecnología para avanzar hacia el desarrollo sostenible. Esto se debe, al menos en parte, a una serie de escándalos de gran repercusión relacionados con el uso indebido de datos y el intercambio ilegal (o poco ético) de datos por parte de agentes de los sectores público y privado, en los últimos años.
Aun así, el significado de "gobernanza de datos" sigue sin estar claro. Debido a la falta de una definición formal y ampliamente consensuada, la gobernanza de datos significa cosas distintas para personas distintas. El término surgió de las prácticas del sector privado para la gestión de datos, pero en la última década ha evolucionado para abarcar leyes, políticas, estrategias y toma de decisiones en la gestión y uso de datos por una sola o por múltiples organizaciones. En 2021, el Banco Mundial caracterizó la gobernanza de datos como "la expresión tangible del contrato social de un país en torno a los datos". El término se aplica a una amplia gama de actividades, desde cómo las pequeñas organizaciones utilizan los datos a diario, hasta cómo los acuerdos internacionales tratan la privacidad y el intercambio de datos. También se refiere a cómo se toman las decisiones y cómo interactúan las organizaciones en el contexto del intercambio bilateral o multilateral de datos, por ejemplo a través de colaboraciones fundamentadas en datos o plataformas de datos compartidos.
Basándonos en lo que estas definiciones y perspectivas tienen en común, describimos la gobernanza de datos como la toma de decisiones relacionada con los datos, y con resultados que repercuten en toda la cadena de valor de los datos y en las personas implicadas y/o afectadas por el uso de los datos. En la Alianza Global hemos adoptado esta definición amplia de gobernanza de datos porque entendemos que las decisiones sobre los datos que afectan a las personas y las comunidades pueden tomarse en diferentes etapas, por ejemplo, cuando se recopilan los datos o cuando se comparten con otros. Reconocemos que estas decisiones adoptan diferentes formas, como la legislación, los tratados internacionales y las políticas de organización internas; y creemos que es fundamental centrarse en los procesos de toma de decisiones para comprender quién toma estas decisiones y de qué manera.
Conectar la gobernanza de datos con un desarrollo digital que funcione para todos
En 2022, el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) instó a todos los países a establecer un Pacto Digital Mundial para promover un "futuro digital abierto, libre, inclusivo y seguro para todos", que deberá acordarse en 2024. Se trata de un objetivo que todo el mundo debería apoyar, como sostiene Jenna Slotin, Directora Principal de Políticas de la Global Partnership: "Conseguir que las economías digitales funcionen para todos es un reto complejo que tiene sus raíces en cómo se gestionan y gobiernan los datos que producen y utilizan estos sistemas."
Las agendas digitales y de datos de los países están estrechamente interrelacionadas. Las herramientas y los sistemas digitales se basan en datos que permiten a las organizaciones prestar servicios personalizados a los ciudadanos donde y cuando más los necesitan, y el análisis de datos da lugar a ideas que informan las decisiones políticas. Por eso, escribe Slotin, "el mayor potencial para mejorar la prestación de servicios y la toma de decisiones proviene de la vinculación y minería de estas bases de datos."
Sin embargo, como muchos (incluida la ONU) han reconocido, estas prácticas amenazan la privacidad y los derechos humanos. Grandes cantidades de datos pueden ser una mina de oro para las organizaciones dispuestas a desplegar prácticas de vigilancia y pueden ser vulnerables a las violaciones de datos y al uso indebido, incluso cuando son gestionados por partes interesadas bien intencionadas. En consecuencia, la gobernanza y la gestión de los datos están en el centro del éxito o el fracaso de un futuro digital abierto, libre, inclusivo y seguro para todos.
Lea el blog de Jenna Slotin, En la transformación digital, el diablo está en los datos.
No somos los únicos que adoptamos una definición de gobernanza de datos centrada en las decisiones, más que en los tipos específicos de resultados. Cada vez es más común considerar que la gobernanza de datos se refiere principalmente a los procesos de toma de decisiones sobre cómo se almacenan, gestionan, publican, comparten, utilizan y reutilizan los datos. Y existe un amplio consenso, entre las organizaciones centradas en el uso de datos para el bien social, acerca de que las personas y las comunidades deben participar en los procesos de toma de decisiones en torno a los datos que les afectan. Pero estas conversaciones no suelen ir más allá de afirmar que es importante abrir procesos para fomentar la transparencia y la participación.
Sin embargo, detenernos ahí no nos ayuda a abordar los principales retos relacionados con los datos y el poder, en particular, los relacionados a (a) la concentración de poder en la toma de decisiones en torno a los datos, incluso cuando las personas que más tienen que ganar o perder con estas decisiones están en gran medida excluidas del proceso de toma de las mismas, y (b) la falta de recomendaciones prácticas y ejemplos para las personas que intentan que las decisiones sobre los datos sean más transparentes y responsables.
En la Alianza Global trabajamos con nuestra diversa red de más de 700 socios en pro de la creación de los sistemas de datos necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Lo anterior se traduce en un enfoque significativo hacia los datos en sí mismos, garantizando que sean oportunos, fiables, precisos e inclusivos, y que representen las diversas necesidades y experiencias de todas las personas y comunidades. También requiere que las instituciones y los procesos de toma de decisiones en torno a los datos rindan cuentas a las personas de las que proceden los datos y a las personas y comunidades afectadas por su uso. Basado en una amplia consulta y aprendizaje en toda nuestra red, este documento pretende dar una luz sobre las formas de hacer que la gobernanza de los datos sea más responsable, y establecer medidas prácticas para lograrlo.
¿Qué es la gobernanza responsable de los datos y por qué es importante?
La gobernanza responsable de los datos hace referencia a estrategias, políticas y prácticas de toma de decisiones caracterizadas por la participación, la transparencia y la sostenibilidad. En este contexto, participación significa que, los mecanismos para que las personas y las comunidades hagan parte de la toma de decisiones están disponibles y son accesibles. Transparencia significa que, los procesos de toma de decisiones son visibles y comprensibles, y que los poderes y normas de toma de decisiones son claros y explícitos para todas las partes interesadas, especialmente las personas y comunidades afectadas por las decisiones basadas en datos. Por último, la sostenibilidad se refiere a la realidad de que los mecanismos para garantizar la transparencia y la participación de los ciudadanos no son excepcionales. Por el contrario, deben integrarse en las prácticas de gobernanza de datos y reproducirse y aplicarse sistemáticamente a lo largo del tiempo. Deben ser partes integrales de los planteamientos de la gobernanza de datos y no fichas ocasionales.
Instaurar una gobernanza de datos responsable es una condición previa para la generaciónde confianza entre las partes interesadas en cómo se recopilan, gestionan y utilizan los datos. Si no se confía en la gestión de los datos por parte de las organizaciones -ya sean gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil u organismos multilaterales-, el uso de estos no podrá mantenerse en el tiempo, ya que la gente dejará de apoyar el uso de los datos por parte de estas instituciones. Por ejemplo, cuando WhatsApp actualizó sus condiciones de servicio en 2021, la falta de confianza de los usuarios en las nuevas normas llevó a millones a pasarse inmediatamente a la empresa rival Signal.
También en 2021, el gobierno británico se vio sometido a escrutinio legal por su contrato para proporcionar datos del Sistema Nacional de Salud (NHS por su sigla en inglés) a la empresa de análisis de datos Palantir. El antiguo vicepresidente de la Asociación Médica Británica, Kailash Chand, describió el impacto: "El secretismo en torno a lo que el Gobierno está haciendo con los datos del NHS, trabajando con empresas como Palantir, dañará la confianza que queda entre las comunidades étnicas, para los inmigrantes y en la familia del NHS en su conjunto. A personas como yo nos resulta difícil convencer a las minorías étnicas de que esto se hace en su propio interés". De hecho, negarse a facilitar datos o a participar en su recopilación es una forma de protestar contra los procesos opacos o el mal uso de los datos por parte de las instituciones, especialmente entre las comunidades históricamente marginadas.
Por el contrario, cuando las personas pueden opinar sobre el uso que se hace de sus datos, los sistemas de datos más fiables y dignos de confianza conducen a un uso y re-uso más equitativo y eficaz. La gobernanza responsable prepara el camino hacia ecosistemas de datos justos y sostenibles.
Lecciones de nuestra red
La Global Partnership se encuentra en una posición única para contribuir a que la conversación sobre la gobernanza de datos sea más práctica, abogando por una mayor rendición de cuentas en los procesos de toma de decisiones y sugiriendo medidas prácticas para lograrlo. Podemos compartir conocimientos y experiencias sobre estrategias de gobernanza de datos responsables de nuestra red de organizaciones asociadas, que representan a gobiernos, donantes, organizaciones de la sociedad civil, empresas, instituciones académicas, y organizaciones no gubernamentales y multilaterales.
Desde la creación de la Global Partnership en 2015, su misión ha sido crear conexiones y espacios para que personas y organizaciones compartan conocimientos y colaboren para aprovechar el poder de los datos con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A principios de 2021, lideramos la formación del Proyecto de Valores de Datos (Data Values Project), una consulta política global y una campaña centrada en el desarrollo de principios para apuntalar hacia un futuro de datos justo. Durante una consulta que estuvo abierta por un año, recibimos contribuciones de más de 350 personas de 63 países y de una amplia gama de sectores, comunidades y regiones. Los resultados de esta consulta condujeron a la publicación de un libro blanco, "Reimagining data and power: Una hoja de ruta para poner los valores en el centro de los datos", y el lanzamiento del Manifiesto #DataValues en 2022, que insta a gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, donantes y otros actores a cambiar la forma en que se financian, diseñan, gestionan y utilizan los datos.
Este documento refleja los resultados de estas consultas y los aprendizajes de la campaña Data Values, junto con las lecciones de casi una década de establecimiento de foros participativos con múltiples grupos de interés, y de soporte a gobiernos y organizaciones para aumentar sus conocimientos sobre la gobernanza de datos. El presente documento promueve medidas prácticas centrándose en (a) recomendaciones para crear espacios de participación e inclusión en la gobernanza de datos y (b) estrategias de creación de capacidades para animar a los líderes a adoptar prácticas de gobernanza de datos responsables.
II. Creación de sistemas de datos fiables cuyo núcleo sea la participación
Satisfacer la demanda pública sobre participación en la gobernanza de datos
Hay una estrecha relación entre la existencia de espacios para la participación e involucramiento de los grupos de interés y la confianza en la recopilación, gestión y uso de los datos. Como puso de manifiesto la pandemia de COVID-19, las organizaciones y los gobiernos, en particular, no pueden depender únicamente de su capital de credibilidad existente para ser considerados dignos de confianza por las personas y las comunidades en lo que respecta a su uso de los datos. Un ejemplo de ello fue la respuesta adversa a las aplicaciones para el seguimiento de contactos en países europeos, que suelen caracterizarse por una gran confianza en las instituciones, tal como en Noruega, donde el Instituto de Salud Pública del país se vio obligado a retirar su aplicación original de seguimiento de COVID ante la creciente reacción de los medios de comunicación y la sociedad ante la posibilidad de un seguimiento continuo de la ubicación de los usuarios.
Es esencial crear y mantener espacios dedicados a la participación en la deliberaciones sobre recopilación, intercambio y uso de datos, y la demanda de tales espacios va en aumento. El atractivo de una toma de decisiones transparente se desprende claramente de los aportes recibidos durante la consulta sobre valores de los datos y de la creciente bibliografía sobre fideicomisos de datos, cooperativas de datos, asambleas ciudadanas de datos y otras formas de gobernanza participativa de los datos. Iniciativas experimentales como Understanding Patient Data, del Wellcome Trust, cuyo objetivo es fomentar la transparencia, la responsabilidad y la participación pública en el uso de los datos de los pacientes en el Reino Unido, e Ictio (parte del proyecto Citizen Science for the Amazon), que desarrolló colectivamente una aplicación de gestión de la pesca y una política de uso de datos con comunidades de la cuenca del Amazonas, demuestran la demanda de una mayor participación.
Un ejemplo de Ghana ilustra el impacto de la creación de estos espacios a nivel nacional. Ghana es uno de los pocos países del mundo donde la oficina nacional de estadística tiene acceso a datos de operadores de redes móviles (en este caso, Vodafone Ghana) a largo plazo y que no ha recibido grandes reacciones de particulares o de la sociedad civil por esta asociación. La historia es diferente en Kenia, donde los intentos iniciales de la Autoridad de Comunicaciones del país de acceder a los datos se interrumpieron tras ser impugnados ante los tribunales. Esta diferencia se debe, al menos en parte, al enfoque de colaboración en materia de transparencia y responsabilidad adoptado por el Servicio de Estadística de Ghana (GSS) y sus socios. Cuando se produjo la pandemia COVID-19 y el acceso a los datos adquirió mayor relevancia para todos los servicios gubernamentales, los socios crearon un comitédirectivo para estudiar las solicitudes de acceso a los datos de partes distintas de las que figuraban en el acuerdo (GSS, Vodafone Ghana, Vodafone Foundation y Flowminder). Este comité directivo, que desde entonces se ha convertido en un elemento permanente del proyecto, incluye a representantes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan para proteger los derechos digitales. La participación de estas organizaciones garantiza que, los grupos que aportan una perspectiva de derechos digitales puedan influir en las consideraciones éticas de tales decisiones y responsabilizar a los agentes gubernamentales y privados a través del proceso de toma de decisiones.
Incluso cuando la demanda no está claramente articulada, la creación de espacios para la participación en la gobernanza de datos puede ser sorprendentemente eficaz para movilizar a personas y comunidades que antes no participaban. Así se evidencia claramente en las experiencias nacionales. En Senegal, por ejemplo, los usuarios de datos cuestionaron durante mucho tiempo la fiabilidad de las estadísticas agrícolas anuales elaboradas por el Ministerio de Agricultura. Esto dio lugar a una proliferación de estadísticas alternativas y a la duplicación de esfuerzos. A principios de 2022, IPAR (Initiative Prospective Agricole et Rurale), un grupo de reflexión regional, y la Agencia Nacional de Estadística de Senegal lanzaron la Plataforma AgriData con el apoyo de Development Gateway. Este foro multilateral se creó para alinear intereses y resolver conflictos en torno a la producción de datos. Más de 50 partes interesadas del gobierno, la sociedad civil y el mundo académico participaron en esta labor, a lo largo de un año. Cuando surgió la oportunidad de participar, las partes interesadas se apresuraron a involucrarse y demostraron estar más que dispuestas a contribuir a una mejor gestión de los datos.
Entender la participación en el contexto de la investigación sobre gobernanza de datos
El aumento de los debates en torno a la gobernanza de datos en los últimos años se refleja en el trabajo de numerosas instituciones de investigación—entre ellas el Instituto Ada Lovelace, el Instituto de Datos Abiertos y el Instituto Aapti—que están desarrollando ideas y probando enfoques para aumentar la responsabilidad en la forma en que se recopilan, gestionan y utilizan los datos.
El Instituto de Datos Abiertos ha liderado la reflexión sobre las instituciones de datos para ilustrar su capacidad de administrar datos en nombre de los ciudadanos y las comunidades. La Iniciativa Datasphere ha publicado un Atlas de la Gobernanza, que localiza las organizaciones en el ecosistema de datos, y actualmente apoya la experimentación con espacios aislados para permitir el intercambio responsable de datos entre jurisdicciones. El Centro para el Desarrollo Global ha contribuido a la investigación vinculando, en el fortalecimiento de las prácticas mundiales de gobernanza de datos, las leyes de protección de datos y la gobernanza de datos y detallando el papel que las organizaciones multilaterales deben desempeñar. El GovLab se ha centrado en el desarrollo del concepto de administradores de datos, entendidos como "líderes organizativos o equipos facultados para crear valor público mediante la reutilización de los datos de su organización (y la experiencia en datos); la identificación de oportunidades de colaboración intersectorial productiva[;] y la respuesta proactiva a las solicitudes externas de acceso funcional a datos, conocimientos o experiencia". El Instituto Ada Lovelace también ha contribuido a la conceptualización de la custodia de datos desde una perspectiva jurídica y analizando los mecanismos legales para ponerla en marcha.
En comparación, se ha prestado menos atención a cómo fomentar y permitir la participación continua de los grupos de interés, incluido el desarrollo de capacidades y competencias relacionadas con la gobernanza de datos. El Open Data Institute ha logrado avances notables con su trabajo sobre las instituciones de datos, el Aapti Institute y Data2X con su trabajo sobre las cooperativas de datos, y el Ada Lovelace Institute con su trabajo sobre la administración participativa de datos. Sin embargo, el fomento de la responsabilidad a través de una mayor participación en la gobernanza de los datos sigue estando relativamente poco explorado.
Cuando se trata de mecanismos participativos, el nivel de inversión necesario para participar (desde la simple consulta a la toma de decisiones colectiva) y el formato (desde los fideicomisos de datos a los comités directivos) pueden variar, pero todos se basan en el supuesto de que las personas y las comunidades tienen derecho a dar forma, directa o indirectamente, a las decisiones sobre los datos que les afectan. Se reconoce así que ciertas formas de gobernanza participativa de los datos (es decir, las que implican una representación directa) exigen mayores niveles de compromiso, conocimientos y aptitudes que otras (por ejemplo, las que implican una delegación), por lo que pueden resultar más gravosas para las personas y comunidades participantes.
Los administradores de datos pueden facilitar una mayor participación
La custodia de datos ha surgido como una función o un papel para facilitar la gestión y el uso fiables y responsables de los datos. Aunque la comprensión exacta sobre la administración de datos sigue siendo objeto de debate, está claro que los administradores de datos pueden desempeñar un papel central en la creación de asociaciones de múltiples partes interesadas, facilitando la participación de nuevos actores e involucrando a las comunidades en el acceso, el intercambio y el uso de los datos. Los administradores de datos pueden abrir los procesos de gobernanza de datos a consultas más amplias, al escrutinio y a la toma de decisiones colectiva. Dada la imposibilidad práctica de incluir a todo el mundo en los procesos de toma de decisiones, también pueden contribuir a encontrar el equilibrio adecuado entre la delegación de poderes de decisión y el establecimiento de procesos participativos con múltiples partes interesadas.
Las personas que desempeñan estas funciones y poseen las competencias pertinentes siguen siendo escasas en la mayoría de los países. Un estudio reciente, del Centro para el Estudio de las Economías de África sobre la gobernanza responsable de los datos en África, analizaba esta carencia de competencias en Nigeria, Marruecos, Kenia, Mauricio y Sudáfrica y sugería que, en estos países, "las entidades privadas y públicas basadas en datos que deberían aplicar principios de gobernanza a sus flujos de trabajo de procesamiento, aún no han establecido funciones de gobernanza de datos dentro de sus organizaciones."
La creación de espacios de participación y el arraigo de las funciones de administración de datos en las organizaciones son fundamentales para lograr una gobernanza de datos responsable.
III. Reforzar la capacidad de los dirigentes para adoptar prácticas responsables de gobernanza de datos
Históricamente, el éxito de la gobernanza de datos se ha equiparado a la adopción de políticas y estrategias, y a la creación de infraestructuras seguras para la gestión de datos. Al igual que en los debates sobre la interoperabilidad de los datos, la mayor parte de la atención se ha centrado en los aspectos técnicos de la gobernanza (como los procesos y la infraestructura) y no en las personas. Este enfoque ignora el hecho de que el éxito de tales mecanismos depende de las personas que supervisan y aplican las prácticas de gestión de datos y las políticas de gobernanza.
Nuestra experiencia de trabajo, con gobiernos y socios no gubernamentales, sugiere que en las inversiones relacionadas con datos se han pasado por alto sistemáticamente las habilidades en materia de gobernanza de datos. Estas habilidades incluyen una amplia gama de competencias relacionadas con la gestión de datos, la ética de los datos, los aspectos legales del intercambio de datos (por ejemplo, responsabilidad, propiedad intelectual y privacidad), el compromiso de las partes interesadas, el fomento de la participación y las habilidades de negociación y comunicación.
Más allá del cumplimiento: Por qué son importantes las habilidades sobre gobernanza de datos
A pesar de las evidentes pruebas de su importancia, el desarrollo de las capacidades y los conocimientos de las personas rara vez ocupa un lugar destacado en los debates sobre la gobernanza de datos. La mayoría de los debates sobre competencias en datos se centran en el aumento de la capacidad técnica y la formación de científicos de datos o, alternativamente, en la mejora de la alfabetización general en materia de datos entre las personas.
El aumento de las competencias técnicas y la alfabetización en materia de datos son importantes para lograr un futuro de datos justo, como destaca el libro blanco de Data Values "Reimagining Data and Power" (Reimaginar los datos y el poder). Sin embargo, el aumento de las competencias técnicas y la generalización de la alfabetización en materia de datos no bastan por sí solos para lograr una gobernanza de datos responsable.
Cuando faltan habilidades en materia de gobernanza de datos y los responsables de la toma de decisiones no comprenden la importancia de gobernar los datos de forma responsable o de generar y mantener la confianza, las decisiones sobre gobernanza de datos se limitan al cumplimiento de la legislación vigente. Cuando las competencias y los conocimientos en materia de gobernanza de datos son escasos o inexistentes, como sigue ocurriendo en alrededor del 25% de los países, la rendición de cuentas también es escasa o inexistente.
Cada vez hay más pruebas de que una gobernanza de datos deficiente crea oportunidades de para el aprovechamientos de estos. Por ejemplo, la literatura reciente sobre el colonialismo de datos explora cómo las organizaciones con sede en el Norte Global han sido capaces de implementar prácticas extractivas de datos en los países del Sur Global, gracias a la debilidad percibida o real de los marcos legales en estos últimos. El servicio de Internet limitado Free Basics que Meta (antes Facebook) ofrece en los mercados en desarrollo, por ejemplo, ha sido acusado de recopilar enormes cantidades de metadatos de sus usuarios y de violar las normas de neutralidad de la red, según una investigación realizada por Global Voices en Colombia, Ghana, Kenia, México, Pakistán y Filipinas.
El colonialismo digital de China, que el académico sudafricano Willem Gravett ha definido como actividades que abogan por la soberanía de Internet (frente a un enfoque global de Internet), es otro ejemplo destacado. Gravett sostiene que China anima a los gobiernos africanos a aplicar la censura para exportar tecnologías de vigilancia autoritarias y desplegar IA y técnicas de extracción de datos por todo el continente. Esto ha sido posible por la débil legislación sobre privacidad y protección de datos, así como a la falta de conocimiento y experiencia directa de los responsables políticos, según una investigación del Grupo Insikt.
Como sugieren estos investigadores, cuando los responsables de la toma de decisiones y el público en general carecen de competencias en materia de gobernanza de datos, el único baluarte contra el mal uso de los datos por parte de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales son las leyes y las políticas. El cumplimiento de las leyes, cuando existen, es importante, pero no satisface el alto nivel de la gobernanza de datos responsable. Y, cuando las leyes y políticas necesarias son débiles o inexistentes, la falta de competencias en materia de gobernanza de datos impide que surjan oportunidades de control y equilibrio a través de la participación.
Dada la amplia gama de habilidades y contextos para la gobernanza de datos, las competencias relacionadas no se enseñan fácilmente y a menudo quedan fuera de la ciencia de datos y otros programas técnicos. Los debates en torno a la administración de datos y los conjuntos de competencias que se exigen a los administradores de datos, a nivel organizativo y en todos los sectores, están ayudando a arrojar luz sobre este ámbito.
Para establecer mecanismos de gobernanza de datos que obliguen a las organizaciones públicas y privadas a rendir cuentas a sus ciudadanos, clientes y socios, se necesitan líderes y administradores de datos cualificados e informados. Para ello es necesario que los responsables de la toma de decisiones comprendan la importancia de la gobernanza de datos y confíen en la creación de mecanismos de participación y toma de decisiones participativa.
En Colombia, por ejemplo, la dirección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) se ha mostrado especialmente interesada en cuestiones de gobernanza de datos y dispuesta a experimentar con mecanismos formales e informales de participación. Esto se ha traducido en su trabajo con comunidades en riesgo de ser marginadas, como los indígenas, las comunidades LGBT+ y las minorías raciales o étnicas. En los últimos años, el DANE ha tratado de adoptar enfoques consultivos y cooperativos que, dejan espacio para que las comunidades den forma a cómo se recopilan, gestionan y utilizan los datos. El trabajo del DANE para disponer de datos de la población LGBT+, ha incluido un proceso participativo en la construcción del cuestionario de lo que sería la primera Encuesta Nacional sobre la Situación Social de las Personas en Razón de su Identidad de Género, Orientación Sexual y Otras Orientaciones Sexuales e Identidades de Género no Hegemónicas (OSIGNH). Se generaron espacios de conversación para identificar las necesidades de información, en los que participaron más de 50 personas, entre las que se encontraban organizaciones LGBT+ del orden nacional y subnacional, representantes de instituciones nacionales y subnacionales que desarrollan política pública, y referentes académicos. El liderazgo confiado llevó al DANE a ser más abierto, transparente y receptivo con las comunidades, lo que a su vez se ha traducido en prácticas de datos más responsables y mejores datos en general.
Construir comunidades de aprendizaje
Nuestra experiencia en la Global Partnership confirma que la forma más eficaz de aumentar la comprensión, la confianza y las competencias interpersonales de los responsables de la toma de decisiones en materia de gobernanza de datos es a través de la experiencia directa (por ejemplo, mediante el aprendizaje entre iguales), en lugar de la educación formal. La educación a la medida de las necesidades es escasa (pocos recursos para la educación, por no decir ninguno, se centran en las habilidades necesarias para una gobernanza de datos responsable), y aún menos recursos existen en idiomas distintos del inglés. Dado que muchas decisiones en torno a la gobernanza de datos dependen del contexto, el aprendizaje entre iguales ofrece a los responsables de la toma de decisiones la oportunidad de escuchar múltiples perspectivas y compartir las mejores prácticas.
El poder del aprendizaje entre pares y de los intercambios informales fue una de las principales conclusiones del proyecto de la Global Partnership sobre la liberación de datos privados para el bien público. Al ayudar a Uruguay a sentar las bases para el éxito del intercambio de datos entre los sectores público y privado, descubrimos que facilitar los intercambios de conocimientos formales e informales entre países y crear oportunidades para el aprendizaje entre pares no solo era necesario (ya que no existía formación específica sobre este tema), sino increíblemente eficaz para aumentar la confianza y las capacidades de los líderes del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Uruguay. En dos años, el INE pasó de poner a prueba nuevos enfoques de gobernanza para el intercambio de datos con el sector privado, a convertirse en un líder mundial en este ámbito.
Muchos responsables políticos están dispuestos a compartir sus retos y aprendizajes sobre la gobernanza de datos, y a participar en debates e intercambios en torno a este tema cada que se presenta la oportunidad. La comunidad de los datos para el bien tiene un importante papel que desempeñar a la hora de llenar los vacíos de competencias en materia de gobernanza de datos, facilitando la interacción y el aprendizaje entre países y organizaciones. Iniciativas como la Data Stewards Network del GovLab pueden ayudar a "reunir a líderes responsables de datos de todas las corporaciones para compartir conocimientos y avanzar conjuntamente en un enfoque nuevo y más profesional para la colaboración de datos".
IV. Incorporación de la gobernanza responsable de los datos
Aunque se reconoce el excelente trabajo de muchas organizaciones y de numerosos proyectos piloto e iniciativas que han surgido en los últimos años, las prácticas de gobernanza de los datos responsable aún no están generalizadas.
Sin embargo, centrar el debate en los mecanismos y las competencias participativas puede ser un motor para poner a prueba nuevos enfoques y soluciones para lograr una gobernanza de datos más responsable.Las asociaciones de múltiples grupos de interés, las consultas públicas, los comités directivos y éticos, y el aprendizaje y los intercambios entre pares son algunos de los instrumentos que ya existen en la caja de herramientas de muchas organizaciones y que no requieren un gran poder legislativo o regulador para entrar en acción, solo algo de buena voluntad, tiempo y recursos.
En los próximos meses y años, la Global Partnership se centrará en elevar la gobernanza responsable de los datos demostrando a las organizaciones públicas, privadas y sin ánimo de lucro que existen estrategias y enfoques y que pueden desarrollarse las capacidades para hacer que la gobernanza de datos sea más participativa, transparente y sostenible, incluso cuando el entorno legislativo está poco desarrollado. Invertiremos especialmente en llenar el vacío de formación en gobernanza de datos y en reunir a los socios para satisfacer la creciente demanda y las necesidades de las partes interesadas, y los responsables políticos de todo el mundo que buscan integrar la gobernanza responsable en sus sistemas de datos.
Por supuesto, no podemos hacerlo solos. Al igual que hemos respondido a los miembros de nuestra red que identificaron la rendición de cuentas como eje central de una gobernanza de datos eficaz, invitamos a nuestros socios para que se unan a nosotros en este viaje participando en proyectos piloto, experimentos, investigaciones y actividades de intercambio de conocimientos en torno a mecanismos participativos fiables para gobernar los datos. Juntos podemos mover la aguja y contribuir al desarrollo de sistemas de datos más justos para todos.
¡Queremos saber de ti!
¿Está experimentando su organización con nuevos modelos de gobernanza de datos para incluir a las personas en la toma de decisiones a nivel regional, nacional o local? ¿Está aplicando formas innovadoras de garantizar que las voces de las personas formen parte de la toma de decisiones sobre datos?
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